Cuando comenzamos una empresa lo hacemos por pasión y naturalmente por el hecho de haber tenido en primer lugar una buena idea. Sabemos que esta idea es de gran importancia y da solución a necesidades o problemas concretos, lo cual se puede traducir en una buena ganancia al momento de vender estos bienes o servicios.
Lo primero que debemos tomar en cuenta una vez que se ha tenido una buena idea, aparte de registrar nuestra marca, es el generar un modelo de negocio sólido, en el que se establezca claramente el objetivo general, acompañado de los específicos, así como las estrategias y herramientas que se utilizarán para llevar a cabo los fines para los cuales estamos trabajando.
Pero, ¿qué debe incluir este modelo de negocio?
En primer lugar, el modelo de negocio deberá incluir una propuesta de valor en la que se busque dar solución a un problema concreto por parte de nuestros clientes potenciales. Es bien importante tener algo que ofrecer a nuestros clientes, ya que de ser así estaremos aportando valor y mejorando considerablemente su situación en la que se encontraba su problemática antes de que apareciera nuestro producto.
Luego de ello, será de gran importancia el contar con una segmentación de clientes. Frecuentemente las personas tienen una buena idea y saben que puede funcionar toda vez que soluciona problemas concretos de la realidad y gracias a su visión ven viable llevarla a la práctica, no obstante no se dan cuenta de la importancia que tiene el saber determinar a qué público va dirigida su idea, es decir cuestiones tales como la edad, el sexo, la ocupación, los intereses, juegan un papel demasiado importante al momento de segmentar y determinar quiénes serán los clientes a los cuales venderás tu producto.
Los canales de distribución y comunicación son igual de importantes, puesto que constituyen las vías mediante las cuales se estará dando difusión y presentando nuestro producto. Bien podríamos tener el mejor producto basado en una excelente idea que satisface las necesidades de nuestros clientes correctamente segmentados, no obstante, si no contamos con una estrategia clara respecto de los canales y las vías que utilizaremos para presentar nuestro producto, el fracaso será inminente. Un ejemplo de canales de distribución puede ser a través del uso de redes sociales, a través de presentaciones masivas en las cuales se muestre la importancia de nuestros productos y el valor que aporta a los clientes que previamente hayamos segmentado.
En este sentido, también son muy importantes los flujos de ingreso, ya que a nuestros inversores si los tenemos o hasta para nosotros mismos, nos parecerá que la empresa está funcionando bien si estamos teniendo un buen flujo de ingresos gracias al éxito en la realización de propuestas de valor a nuestros clientes. Pues bien, para poder lograr tener estos flujos de ingreso es bien importante que antes incluso de echar a andar nuestra empresa definamos claramente de qué forma podríamos estar obteniendo los flujos de ingreso que nuestra empresa requerirá para poder mantenerse sola, así como para que nos represente una utilidad o ganancia.
Retorno de inversión. Algunos empresarios coinciden en que este punto es uno de los más importantes, pues el determinar cuál será nuestro retorno de inversión y el cómo se llevará a cabo esto, logrará que mayores inversores o hasta nosotros mismos nos motivemos a emprender esa fantástica idea que hemos tenido. El retorno de inversión consiste en una planeación rigurosa en la que se determina el cómo y cuándo se estará teniendo el retorno de toda la inversión inicial en la empresa.